La cerámica portuguesa es una forma de arte tradicional que se remonta al siglo XVII. Se distingue por su estilo único de cerámica, caracterizado por una mezcla de colores y patrones intrincados. Se caracteriza por su uso de tonos rojos, amarillos y azules, con el blanco como color predominante.
Esta cerámica hecha a mano es una parte importante de la cultura portuguesa y se considera una obra de arte.