Las vajillas de cerámica que triunfan en Manhattan o Los Hamptons las conocemos muy bien, porque son las nuestras, la de siempre, las de cerámica popular española. El barro esmaltado con salpicados azules sobre fondos blancos de La Bisbal o mucho más coloridos, salidos de los talleres de Níjar o los pajaritos o granadas de Fajalauza que decoran lebrillos, fuentes, bandejas o platos cotizan al alza. Algo que no decimos nosotros, porque formen parte de La Oficial, sino porque estos diseños con memoria, es que estas piezas forman parte de la decoración de grandes tiendas desde París a Nueva York, no solo en estantes, sino formando parte de sus escaparates o de la decoración. Algo que nosotros celebramos, porque todas ellas nos acompañan, porque los oficios hay que cuidarlos.
La cerámica española tiene memoria, es capaz de solo con verla llevarnos a lugares felices, a vacaciones en coche y ver puestos de alfareros que nos recibían en el destino, a la loza que estaba en casa de nuestros abuelos, nos lleva a comidas familiares, a días de fiesta en los que no había despertador, a trasnochar en verbenas, en definitiva a celebrar.
Los lebrillos, esas fuentes con base plana con las que se hacía la carne de membrillo o llenas de buñuelos, también eran fruteros con lo que se recogía en la temporada o su versión en vajillasy jarras para vino o agua (el barro siempre la mantuvo fresca )para todos los que se reunían en la mesa. En cada región se la reconoce por unos motivos diferentes, desde los salpicados a formas vegetales más elaboradas con esmaltes en azules, verdes y amarillas (hay quien todavía las llama gualdas).
Todos son objetos artesanales que forman parte de nuestra cultura y de la herencia que se han transmitido de generación a generación de alfareros que acudían a mercados para ofrecerlas y ahora también en tiendas como la nuestra . La de Níjar con su salpicado que llega desde la época de los Árabes, la de La Bisbal data del siglo XVI, la fajalauza granaína de un siglo más tarde… siempre tuvieron una función decorativa, exhibiéndose colgadas en las paredes platos y bandejas con los motivos más caprichosos, por que los alfareros, demostraban su destreza con el pincel y creando con esmaltes animales y vegetales con los que atraer a sus clientes.
Entelar o empapelar paredes está fenomenal, más si el motivo es con platos, como hacía Piero Fornasetti, pero por qué no crear una composición con volúmenes, hay quien utiliza el pasillo como expositor de tu vajilla favorita, algunos interioristas lo han hecho con un solo modelo y, además de acogedor es único. ¿Una pared con lebrillos? Por supuesto, Loewe lo ha hecho en todas sus tiendas, como la última de California y también los escaparates. Decorar con piezas de cerámica originales es un acierto siempre.
Decora tu hogar con cerámica española
Pero, en casa, además de hacer un mural o, una propuesta, combinar platos con forma de hoja a modo de moldura, también hay que crear bodegones en rincones inesperados, como tener una fuente levantada que sirve de fondo para un jarrón , un cuenco y un macetero. En las mesitas de noche, junto a libros dejar platillos o bandejas para dejar relojes, pulseras… A esto le llamamos, decorar con autocuidado.
Tu hogar decorado con los mejores materiales.
¿Por qué es tendencia la cerámica? Muy sencillo, primero echa un vistazo a tus redes sociales y verás la cantidad de recetas saludables que te salen (ojalá el que escribe tuviera talento para realizarlas), también diseñadores que crean con tejidos orgánicos y consejos para darle una segunda vida a muchos objetos…
Comer con una vajilla tradicional española, que todas trabajan con esmaltes aptos para la salud, ninguna lleva plomo, es además una filosofía: defensa de los oficios (de ahí nuestro nombre, La Oficial), apoyo a lo diferente, imperfecto y hecho a mano. Te desmarcas y revives una tradición que se reinventa, entre otras cosas, lo haces tú, al emplearla en tu casa contemporánea, te cuidas y cuidas tu hogar.
Elige las mejores vajillas de cerámica española para regalar.
¿Sabías que en Galerías Lafayette de París venden Fajalauza ¿Que en Los Hamptons y Nueva York ha llegado el chinado o chinesco (es un salpicado en azul, negro y amarillo) tradicional de Níjar? Una demostración de que una vajilla de cerámica española es la opción infalible para regalar.
Son un éxito infalible para todos, desde los amantes de las piezas decoradas como un lienzo colorido que se hacen en Granada hasta los que prefieren toques mediterráneos, como las que se hornean en La Bisbal, o las monocromáticas en miel o verde esmeralda con las que los alfareros de Almería reinventa su tradición. Lo bueno y hecho con mimo perdura, un regalo que se convertirá en un gran recuerdo para quien lo recibe.
Saca partido a tu casa con nuestra cerámica españolas
Las vajillas han salido del armario, o más bien de la alacena. El vintage con el contemporáneo en la decoración de hogar es un mix que todos los interioristas emplean por lo poderoso. Sobre una mesa de mármol o cristal, una bandeja o un frutero de barro hace que las dos piezas tengan más protagonismo mediante el contraste. Que nunca falten. En las auxiliares o las cómodas, bajo velas como las nuestras que huelen a vacaciones, coloca platos vidriados, que hagan que la llama brille más. Úsalas de vacía bolsillos en tu recibidor, en el tocador para componer un bodegón con los perfumes. Presume de ella, que lo merece.